Rosácea vs Eccema: Comprendiendo las Diferencias
A todos nos encanta un ligero rubor en nuestro rostro, contornea nuestras características y agrega un brillo saludable a nuestras mejillas. Sin embargo, a veces, el rojo que vemos no es intencional y es más bien irritante. Pero, ¿qué es esta apariencia misteriosa en nuestro rostro? ¿Podría ser una reacción alérgica? ¿Rosácea? ¿Eccema? ¿Qué significan estas palabras? En este artículo exploraremos los síntomas, causas, tratamientos y diferencias entre estas condiciones para ayudarte a restaurar la piel a ese hermoso, natural y saludable resplandor.
¿Qué son la Rosácea y el Eccema?
La rosácea y el eccema son dos condiciones cutáneas que a menudo se confunden debido a sus similitudes. Estas similitudes incluyen síntomas como enrojecimiento, protuberancias y mucha picazón. También tienen algunas causas y tratamientos similares, pero con algunas diferencias notables en muchos aspectos que apuntan a cómo estas condiciones pueden tratarse de manera diferente y más efectiva.
Rosácea
La rosácea es una condición crónica de la piel que provoca la aparición de vasos sanguíneos visibles en el rostro. Se manifiesta con enrojecimiento e hinchazón en las áreas centrales del rostro, como la frente y las mejillas. Las personas con rosácea suelen tener piel sensible que reacciona negativamente a tratamientos antienvejecimiento, y la presencia de capilares rotos contribuye a un tono "sonrojado" distintivo en la tez.
Los síntomas de la rosácea tienden a variar, con períodos de mejoría seguidos de brotes generalmente limitados al rostro o al cuello. Además del enrojecimiento, puede dar lugar a la formación de pequeñas protuberancias rojas o pústulas, así como al engrosamiento de la piel. Aunque la picazón no es un síntoma común, algunas personas pueden experimentar molestias leves o una sensación de ardor en las áreas afectadas.
Eccema
El eccema, por otro lado, es una afección inflamatoria crónica que causa piel seca y con picazón. A diferencia de la rosácea, el eccema puede ocurrir en cualquier parte del cuerpo y suele parecer parches de piel escamosa. El eccema se desarrolla a partir de diversos problemas que interfieren con la capacidad de la piel para mantener una barrera protectora en su capa más externa.
Además, puede presentarse como un problema estacional, ya que muchas personas sufren brotes durante el otoño e invierno, periodos en los cuales la barrera cutánea tiende a deshidratarse, volviendo la piel más propensa a reacciones alérgicas. Un brote típicamente se inicia con una sensación de picazón en la piel, y rascarse puede desencadenar erupciones rojas y escamosas, llegando incluso a desarrollar ampollas.
Síntomas de Eccema y Rosácea
Síntoma |
Eccema |
Rosacea |
Enrojecimiento |
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Piel seca |
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Picazón |
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Cambios en la pigmentación de la piel |
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Protuberancias elevadas en la piel (pápulas) |
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Formación de ampollas |
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Sonrojo |
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Bultos llenos de pus (pústulas) |
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Zonas escamosas en la piel |
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Vasos sanguíneos visibles |
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Engrosamiento de la piel |
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Causas
Rosácea
Aunque los científicos aún no tienen todas las respuestas sobre por qué se produce la rosácea, las investigaciones indican que podría estar relacionada con una respuesta intensificada del sistema inmunológico frente a diversos desencadenantes. Estos desencadenantes incluyen la radiación ultravioleta (UV), microbios, temperaturas extremas, estrés, cambios hormonales, alimentos picantes y alcohol, entre otros. En el caso de las personas con rosácea, su piel responde a estos factores liberando distintas células del sistema inmunológico, desencadenando inflamación y potencialmente contribuyendo a los síntomas mencionados anteriormente.
Eccema
Aunque los científicos aún no saben exactamente por qué ocurre el eccema folicular, parece que hay varias cosas que pueden contribuir a su aparición. Estudios sugieren que factores como ciertas mutaciones genéticas, respuestas del sistema inmunológico a cosas externas que causan inflamación, y una falta de producción suficiente de proteínas que protegen la piel podrían estar involucrados. Durante un brote, que a menudo es desencadenado por cosas externas, los síntomas del eccema pueden empeorar. Y, curiosamente, algunas personas pueden tener brotes de eccema sin saber exactamente por qué sucede.
Cómo tratar el eccema y la rosácea
Tratamiento para la rosácea
Aunque la rosácea no tiene cura, existen varias opciones de tratamiento para todos los tipos de piel que pueden ayudar a las personas a manejar los síntomas.
Evitar desencadenantes
Conocer los elementos que provocan brotes en la piel es la primera línea de defensa contra la rosácea. Algunos de los desencadenantes más comunes incluyen:
- Estrés emocional.
- Ejercicio.
- Algunos productos cosméticos, de cuidado de la piel y del cabello.
- Medicamentos que dilatan los vasos sanguíneos, incluidos algunos medicamentos para la presión arterial.
- Exposición al sol o al viento.
- Bebidas calientes.
- Alimentos picantes.
- Consumo de alcohol.
- Temperaturas extremas, tanto calientes como frías.
Nuestra sugerencia complementaria: la crema dermo-regeneradora Elysian
Tener una rutina diaria de cuidado de la piel es muy beneficioso para tratar los síntomas de la rosácea. Esto incluye proteger la piel del sol, evitar productos agresivos para el cuidado de la piel y no frotar demasiado vigorosamente el rostro. Como tratamiento complementario, sugerimos incorporar la crema dermo-regeneradora Elysian de Punto Suave en su rutina. Enriquecida con ingredientes potentes como el tocoferol (vitamina E) y células madre conocidas por sus propiedades antiinflamatorias, esta crema tiene como objetivo aliviar el enrojecimiento. Además, la inclusión de rosa mosqueta 100% natural la hace especialmente adecuada para tipos de piel sensibles, contribuyendo a mejoras notables en los síntomas de la rosácea.
Medicación
Su médico puede recetar medicamentos tópicos que reducen el enrojecimiento, bultos o granos en la piel. Para casos más graves de rosácea, hay disponibles pastillas antibióticas orales que pueden ayudar a eliminar los granos de la rosácea.
Tratamiento con láser
El tratamiento con láser es una opción para mejorar la apariencia de los vasos sanguíneos grandes y abordar el enrojecimiento constante en la rosácea. Suele funcionar mejor que las cremas o píldoras, especialmente en personas sin bronceado. Antes de decidirte por el tratamiento con láser, es importante hablar con tu médico sobre los riesgos y beneficios posibles. Los efectos secundarios comunes incluyen enrojecimiento temporal, moretones y algo de hinchazón, y en casos raros, pueden aparecer ampollas o cicatrices. Cuidar bien la piel y aplicar hielo pueden ayudar en el proceso de curación. Sin embargo, en personas de piel más oscura, el tratamiento con láser podría causar cambios permanentes en el color de la piel. Los resultados completos del tratamiento pueden tardar semanas en notarse, y a veces se necesitan varias sesiones para ver mejoras continuas.
Tratamiento para el eccema
Al igual que la rosácea, el eccema en sí mismo no tiene cura. Afortunadamente, mediante cuidados persistentes y nutritivos, se puede gestionar para reducir las posibilidades de brotes.
Evitar desencadenantes
Identificar y evitar los desencadenantes reduce la probabilidad de brotes. Algunos desencadenantes comunes son:
- Ácaros del polvo.
- Alimentos específicos como pescado, algunas nueces y arroz.
- Alta humedad.
- Temperaturas elevadas.
- Exposición a ciertos productos químicos.
- Jabones.
- Telas como acrílico y lana.
Hidratación diaria
El uso constante de productos hidratantes es un elemento crucial en el manejo y la prevención de brotes de eccema. Se recomienda aplicar humectantes al menos dos veces al día, e idealmente con mayor frecuencia según sea necesario para mantener la hidratación de la piel. Aplique un humectante adecuado dentro de los tres minutos posteriores al lavado, mientras la piel esté ligeramente húmeda, para evitar la pérdida de agua y retener la humedad. Al elegir un humectante, opta por uno sin perfumes, fragancias u aceites esenciales para evitar irritar la piel sensible o inflamada.
Las cremas pueden ser más efectivas que las lociones, y opciones más densas como ungüentos (como Aquaphor y Vaselina) pueden sellar eficazmente la humedad y proteger la piel. Cuando elijas un humectante, ten en cuenta las necesidades específicas de tu piel. Si tienes eccema con escamas, opta por opciones diseñadas para la piel que se desprende. Por otro lado, los humectantes emolientes son suaves, no irritan y pueden ser beneficiosos durante los brotes. Los humectantes con ceramidas, aunque más caros, pueden calmar y potencialmente acelerar la curación durante un brote.
Medicación
Hay una amplia gama de medicamentos disponibles para tratar todas las formas de eccema. Diversos ungüentos y cremas pueden ayudar a controlar la picazón y reparar la capa superior de la piel, proporcionando beneficios significativos cuando se combinan con una hidratación diaria. En casos más graves de eccema, es posible que se receten medicamentos antiinflamatorios para controlar los síntomas.
Conclusión
Es esencial distinguir entre la rosácea y el eccema para gestionarlos de manera efectiva, dado que comparten síntomas pero tienen características distintivas. La rosácea se caracteriza por vasos sanguíneos visibles y enrojecimiento, requiriendo una atención especial a desencadenantes como el estrés y factores ambientales específicos. Su tratamiento implica medidas protectoras, medicación y, en algunos casos, terapia con láser. Por otro lado, el eccema, una afección inflamatoria crónica que causa sequedad y picazón en la piel, demanda un enfoque personalizado que incluye evitar desencadenantes, hidratación diaria y medicación. Aunque ninguna de las condiciones tiene cura, decisiones informadas y cuidados adaptados pueden mejorar significativamente la gestión de los síntomas, brindando esperanza a quienes enfrentan los desafíos de la rosácea y el eccema. Mantener un diálogo abierto con los profesionales de la salud sigue siendo esencial para diseñar planes de tratamiento efectivos y personalizados que mejoren la calidad de vida de quienes padecen estas afecciones cutáneas.
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